sábado, 17 de julio de 2010























En el silencio de mi habitación aún siento el murmullo de tu voz, lastimándome, como un dulce adiós, dejándome vacío el corazón. Casi no duermo, ya he vuelto a fumar. Cada recuerdo es una lágrima. No sé cómo hacer, para estar de pie. Siempre me digo que es la última vez y vuelvo a caer, cuando pienso en ti. No soy nada sin ti.

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